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Era curioso ver toda la gente que se había congregado allí. Los había a los que realmente no les interesaba mucho jugar, y eran amantes de los pinball por lo estéticos que son. Así hable con uno que tenía la Theatre of Magic, La Twilight Zone, y las tres máquinas de Star Trek (la de Bally de 1979, y las dos DMDs de Data East y Williams). Los había a quien les gustaba reparar y vender, les divertía reparar y restaurar. Había mujeres que iban a jugar y pasarlo bien, incluso algunas realmente ancianas. Había familias con niños, cada uno por su cuenta, y había autenticos Wizards sueltos por ahí, capaces de pasarse horas y horas enganchados a una misma máquina con una sola partida. Espectacular fue el caso de una Circus Voltaire, el tipo que la tenía se la pasó unas cuantas veces la máquina, debió estar jugando varias horas, y su marcador no lo recuerdo con exactitud, pero era realmente espectacular, creo que del orden de los millares de millón en una máquina que tiene el replay a solo 25 millones.
Otro detalle curioso era ver las posiciones que la gente adoptaba
cuando jugaba. Por supuesto que los había ‘normales’ es decir, erguido y a una distancia prudencial de la
máquina, así juego yo. Juaney juega recto pero inclinado hacia la máquina, apoyando el muslo
y la rodilla sobre esta. Pero muchos holandeses tienen una forma muy extraña de jugar, ellos para aumentar
su perspectiva hacen que la cabeza y los ojos se sitúen a la altura del cristal, es decir, no tienen una
vista superior de la mesa, más bien ven los objetos, pozos, rampas,..., en el horizonte, supuestamente esto
les hace tener más perspectiva y mejor puntería, y lo cierto es que muchos de los que juegan así
lo hacían muy bien. Para conseguir esto echan una pierna hacia adelante y la otra hacia atrás, algo
parecido a como si estuvieran tomando la salida de una carrera de los 100 metros. Además allí son
muy dados a intentar parar la bola para hacer los tiros, mientras que yo por ejemplo, no suelo pararla mucho. También
les guata mover la máquina, les gusta mucho, mucho.
El sábado terminó con un discursito en el cual los holandeses parecían divertirse bastante,
además de un brindis y de una especie de Trivial pinballero gracias al proyector que la organización
usó junto al ordenador. Y nosotros fuimos a la gasolinera que había al lado del hotel y cenamos porquerías
varias.
El domingo se jugó la segunda ronda a la que accedieron 64 participantes con un sistema de puntuación
idéntico al de la primera y la gran final en tres máquinas, una Junk Yard, una Circus Voltaire y
una Roadshow, no conozco con exactitud el sistema de puntuación seguido para la final, pero tenía
en cuenta los puntos conseguidos y no la posición en la que quedabas con respecto a los demás. Además
también el domingo se jugaron todas las competiciones paralelas a la principal. A continuación las
detallamos una a una.
Junior: Competición para los más jóvenes.
No recuerdo el límite de edad, pero creo que estaba en unos 12 o 14 años.
Veteranos: Competición para los abueletes (es broma), creo que era a partir de 40 años.
Damas: Quien diga que las mujeres no juegan bien al pinball miente.
PC Pinball: Competición en juegos de pinball para PC. Los juegos eran variados en grado de realismo,
desde autenticos simuladores completamente realistas hasta otros donde el realismo no importa.
Zen Pinball: Competición realizada en una No Good Gofers que consistía en realizar la puntuación
mas elevada del día jugando a dobles, es decir, cada flipper debía estar manejado por un jugador
distinto.
The King of Pain: Competición realizada en una Medieval Madness que consistía en realizar
la puntuación mas elevada el día. Podías jugar tantas partidas como quisieras para lograrlo
y aquí es donde los dos paisanos nos lucimos.
La configuración de la Medieval Madness era 5 bolas por partida y un replay cada 25 millones hasta llegar
a los 100. Medieval Madness es un divertido pinball basado en la edad media, la máquina tiene castillo que
se destruye, una dama que se asoma a la ventana para ser rescatada, un puente levadizo, una puerta de castillo
tras el puente que se abre hacia arriba para poder entrar al castillo, un tiro que simula el de una catapulta y
que hace que la bola atraviese una pared del castillo, una catapulta, unos ogros,..., en fin, que es una máquina
muy completa y realmente divertida.
De buena mañana, cuando aun no sabía lo de estas dos competiciones me puse a jugar junto con otros
a la Medieval Madness. La primera partida fue espantosa, pero a un compañero si le salió bien y le
tomaron nota del marcador. Esto me dejó intrigado pues no comprendía nada, pero estaba claro que
para algo era. Así que pregunté si se podía seguir jugando y fue cuando me explicaron de que
iba todo aquello. En la siguiente partida yo estaba jugando con el segundo marcador, pero me salió una primera
bola extraordinaria y los que llevaban los marcadores tres y cuatro se marcharon, con lo que al final me quede
con el segundo y también con el cuarto marcador para mi. La verdad es que con ambos me salí, empecé
a hacer puntos y más puntos, destruía castillos con una facilidad pasmosa, las bolas no paraban de
salir en diversos multiballs que eran aprovechados con muchos, muchos jackpots. La cosa iba muy bien, y con el
segundo marcador hice casi 80 millones, pero con el cuarto hice algo más de 107, lo que sirvió para
que apuntasen mi nombre en primer lugar. Así que de buena mañana ya tenía una muy buena puntuación.
El resto del día serían todo nervios y tensión viendo si todavía conservaba el puesto,
y lo cierto es que no fue nada fácil, pues había gente realmente picada que no soltaba la máquina
para intentar superarme, y de vez en cuando, cuando yo me asomaba y veía que iban ya por los 80 millones
se me cambiaba la cara.
Juaney, en un acto de ‘generosidad sin precedentes’ me dijo, voy a ayudarte, voy a jugar yo y así cuanto
menos tiempo esté la máquina en manos de otros más difícil será que te quiten
el puesto. Y la verdad es que era una gran idea, pero tenía que aparecer el problema por alguna parte, y
con esto de ayudarme casi me quita el puesto. El amigo Juaney se hizo más de 90 millones. El dice que no
hizo más puntos porque yo le daba pena, me veía todo ilusionado con mi primer puesto que pensó
que era una mala jugarreta quitármelo, pero lo que realmente ocurrió es que se le coló la
bola y no pudo evitarlo, que le entró el vértigo en puntuaciones tan altas, porque sus intenciones
de quitarme el record habían quedado más que demostradas.
El domingo también hubo venta de repuestos, venta e intercambio de flyers y posters, y demás objetos de coleccionismo (llaveros, plásticos...).
La cosa se acercaba a su fin, ya se había jugado la final y la organización avisó por megafonía. Las máquinas fueron apagadas y comenzó la entrega de trofeos. Empezaron por las competiciones paralelas, como la de niños, veteranos y mujeres. Daban premios a los tres primeros. Después el Zen Pinball y The king of Pain. Especialmente emotivo fue el momento en el que llamaron a ‘Juan José Escuder’ (o algo así, porque les costaba decir nuestros nombres) y descubriendo que era el de España, le pidieron que soltara un discursito, el pobre estaba muy nervioso y fue una mala pasada. Después me llamaron a mi como primero, pero no me pidieron discursito (and also from Spain Carlos García...). Se sorprendieron de que primero y segundo puesto de la Medieval Madness fuera nuestro, nosotros también nos sorprendimos porque nunca antes habíamos jugado a ella (jeje). Después vinieron los finalistas y campeones de la competición principal, donde aparecieron los premios buenos. Camisetas graciosas con chistes pinballeros, posters inmensos e incluso una Circus Voltaire para el vencedor. Tras esto se sorteó una Theatre of Magic entre todos los participantes del campeonato y los compradores de unas papeletas para el sorteo (para tener más posibilidades), y como cierre del artículo y del campeonato os voy a dejar con la cara de perplejidad del tipo que la ganó y de su novia que se lo comía y no paraba de dar saltos de alegría alrededor de el.
Carlos - AACP #32 - Valencia - Septiembre 2001