Después se procedió al lijado total de la superficie del
tablero. Es increíble lo resistente que es la serigrafía original. Había
que emplearse a fondo con lija bastante gruesa para poder eliminarlo.
Una vez eliminado lo mayor se fue cambiando la lija
por una de grano fino para dejar un acabado lo más suave posible sobre
todo en los inserts. En total se empleó un poco mas de una hora.
Se puede observar lo
mal que estaba la zona de los flippers. El operador trato de repararlo con
Aironfix transparente y pegamento....
Tras
una hora de lijadora (¡menos mal que compramos una!) y unos cuantos
litros de sudor de menos el tablero tenia esta pinta.
Es
curioso ver que ni lijando “a tope” se puede eliminar el dibujo
original. Los inserts apenas se estropearon con el lijado. Seguían siendo
mas o menos transparentes. Eso si no hay que olvidarse de dar una ultima
pasada con lija muy fina (del nº 600)
En
este punto lo ideal seria hacer una plantilla de los agujeros rampas etc.
para taladrar luego el acetato. No lo creímos necesario y seguimos
adelante sin ella.
A
fin de facilitar el centrado del overlay durante la colocación del mismo
utilizaremos Glasex (o similar) en sustitución del famoso Windex
americano. Pulverizaremos este producto sobre el tablero para que el
potente adhesivo del overlay tarde un poco en fijarse y nos de algo de
juego para poder moverlo y centrarlo. Esta técnica nos dejara un margen
de actuación de medio minuto aproximadamente.
Es
conveniente poner una luz debajo del tablero para centrar los inserts del
overlay con los del tablero original. Las ranuras para los micros,
troneras etc tienen la suficiente holgura como para servir a cualquier
tablero por desgastado que esté.
Escurriremos
hacia abajo el sobrante del Glasex y
dejaremos que se agarre bien. Es un buen momento para hacer un alto y
descansar unas horitas.
Tras
un tiempo prudencial se procedió al montaje final de todas las
rampas, pirulos , plásticos etc
de la mesa.
El
aspecto final de es impresionante. Los más puristas “discreparán”
de este tipo
de restauraciones, pero el estado de la maquina dejaba poco margen
de actuación como antes
habíamos dicho y nos pareció una buena candidata para el
“experimento”.
Como
guinda del pastel las patas se pintaron en un azul
efecto martelé.
Aunque
se emplearon muchas mas horas de las que en principio se pensaba
resulto
una
experiencia positiva. Eso si, no para repetir muy a menudo
:-)
Artículo realizado por Gonzalo "el Nørdico"